El PP exige que no se cobre el impuesto de alcantarillado.
El gobierno socialista de Vicente Arques es el que más ha subido los impuestos a los alfasinos en todos los años de democracia. Sin embargo, con su insistente campaña mediática, considera tontos a los vecinos del municipio y los engaña publicitando bajada de impuestos. Como ejemplos, el IBI ha subido un 30%; el impuesto para vehículos de tracción mecánica, un 80%; la tasa de basura fluctúa entre de un 40 a un 250%, en función del inmueble, además de incrementar otros impuestos con el peregrino argumento de que “es que estaban en pesetas y había que actualizarlos”.Pero el colmo del engaño es la implantación de la tasa de alcantarillado, paralizada desde su aprobación, en 2006, y que el Partido Popular exigió en pleno que no se cobrase por la actual situación de crisis. El alcalde anuncia a bombo y platillo que va a bajar la tasa cuando lo que realmente hace es ponerla en vigor y cambiar el modelo preestablecido de cobro, pasando de cuota fija a cuota por consumo. En la actualidad, debido precisamente a la crisis, el consumo es mínimo, pero la situación cambiará cuando se reactive la economía, lo que deseamos todos.Todas estas subidas están generando perjuicio a los ciudadanos, que ya no llegan a final de mes, y a los pequeños comerciantes y PYMES, que tienen que pagar más cuando sus ingresos decrecen, lo que se traduce en despidos y aumento del paro en el municipio, que no deja de incrementarse mes a mes.Además, el Ayuntamiento no paga a los proveedores, o paga a dedo a los que considera próximos a sus planteamientos políticos. De los extrajudiciales aprobados de años anteriores no se sabe si se está pagando o a quién. El Partido Popular ha reclamado en varias ocasiones la situación económica real del Ayuntamiento y siempre hemos obtenido silencio, como si Vicente Arques tuviera miedo a que las cuentas municipales sean públicas. O quizá oculte algo que no pueda explicar.Y mientras existe un informe de la Intervención Municipal que recomienda eliminar gastos superfluos y reducir deuda pública, el alcalde continúa despilfarrando el dinero de todos los vecinos en fiestas, campañas mediáticas de partido y subvenciones para comprar votos.
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